El Burj Khalifa es mucho más que un icono arquitectónico; representa la ambición y la innovación de Dubái. Elevándose majestuosamente sobre el horizonte de la ciudad, este rascacielos se ha convertido en un destino imprescindible para los viajeros de todo el mundo. Conocer su historia, sus características técnicas y la experiencia que ofrece al visitante hace que la visita a la cima del mundo sea aún más memorable.
El Burj Khalifa alcanza una altura de 828 metros, lo que lo convierte en el edificio más alto del mundo desde su finalización en 2010. Su diseño se inspiró en la flor Hymenocallis, con una base de tres lóbulos que proporciona elegancia y estabilidad estructural. La torre contiene más de 330.000 metros cúbicos de hormigón y 31.400 toneladas de acero.
La construcción comenzó en 2004, dirigida por la empresa surcoreana Samsung C&T. Más de 12.000 trabajadores e ingenieros participaron en el proyecto, que se completó en solo seis años —un tiempo récord para una estructura de esta magnitud—. Su aguja, de 244 metros, alberga equipos de comunicación esenciales.
En su interior, el Burj Khalifa cuenta con apartamentos residenciales, oficinas corporativas, restaurantes y el Hotel Armani. El edificio utiliza un sistema de refrigeración único que reutiliza la condensación del aire acondicionado, una solución sostenible para el clima desértico de Dubái.
El estudio de arquitectura Skidmore, Owings & Merrill diseñó el Burj Khalifa utilizando hormigón de alto rendimiento capaz de resistir el calor extremo y los fuertes vientos de la región. El plano en forma de Y asegura una distribución uniforme del peso y una excelente resistencia al viento, mientras que el revestimiento de aluminio y cristal reflectante reduce la absorción de calor.
Cada sección del edificio fue probada en túneles de viento para garantizar la estabilidad y seguridad tanto de los ocupantes como de los visitantes. Los ingenieros también incorporaron juntas flexibles que permiten que la estructura se balancee suavemente durante los vientos fuertes sin causar molestias.
Esta combinación innovadora de materiales y métodos de diseño convirtió al Burj Khalifa en un referente mundial de la construcción vertical, influyendo en proyectos de rascacielos en todo el mundo en 2025 y más allá.
Los miradores del Burj Khalifa —“At The Top” en los pisos 124 y 125, y “At The Top SKY” en el 148— ofrecen vistas panorámicas de Dubái y del Golfo Pérsico. Cada plataforma cuenta con telescopios, pantallas interactivas y recorridos digitales guiados para una experiencia completa.
Los ascensores de doble cabina más rápidos del mundo transportan a los visitantes a una velocidad de 10 metros por segundo, haciendo del ascenso una experiencia emocionante. Una vez en la cima, los visitantes pueden disfrutar de zonas interiores y al aire libre.
Las entradas pueden reservarse en línea con antelación, y se recomienda hacerlo varios días antes de la visita, especialmente durante las temporadas altas de turismo.
El mejor momento para subir es justo antes del atardecer, cuando la ciudad pasa de la luz del día al brillo nocturno. Durante los meses más frescos, de noviembre a marzo, la visibilidad es más clara y las colas más cortas.
Se recomienda a los viajeros llevar una cámara con lente gran angular para capturar el impresionante horizonte. Las visitas por la mañana temprano son ideales para quienes prefieren una experiencia más tranquila.
Las entradas nocturnas son un poco más caras, pero la vista iluminada de Dubái merece la pena, especialmente para los amantes de la fotografía.
El sistema de ascensores de la torre cubre más de 504 metros verticalmente —un récord mundial—. El edificio también posee el récord del piso ocupado más alto y la plataforma de observación al aire libre más elevada del mundo.
En el punto álgido de la construcción, los trabajadores vertieron una cantidad de hormigón equivalente a la necesaria para construir una pequeña ciudad. La limpieza de su fachada tarda entre tres y cuatro meses, y requiere más de 30 limpiadores especializados trabajando al mismo tiempo.
Desde 2022, el Burj Khalifa cuenta con un avanzado sistema de iluminación LED y espectáculos sincronizados que celebran fiestas nacionales, grandes eventos y ocasiones internacionales, atrayendo a millones de espectadores cada año.
El Burj Khalifa no solo es un récord arquitectónico, sino también un símbolo de la ambición humana y de la ingeniería creativa. Refleja la transformación de Dubái, de un paisaje desértico a un centro global de negocios y turismo.
En 2025, el edificio sigue atrayendo a más de dos millones de visitantes al año. También aparece en varias películas, documentales y eventos internacionales, consolidando su lugar en la historia cultural moderna.
Para los turistas, el Burj Khalifa sigue siendo una parada esencial —un lugar donde la tecnología avanzada se une al diseño atemporal, ofreciendo una vista inolvidable desde lo más alto del mundo.